Cómo ser Steve Jobs y otras preguntas de mierda.
A la hora de emprender mucha gente comienza con la idea de que su negocio, proyecto o empresa sera la revolución de su sector. Este fenómeno se da sobretodo en gente joven que empieza con mucha ilusión, poca mentalidad de mercado, principiantes y gente descerebrada (entendiéndose estos últimos como esas personas que van a lo loco sin plantearse ningún paso de todos los que dan). Gran parte de este fenómeno de extrema ilusión y sueños más grandes de los que nadie puede abarcar, se da por el entorno que nos rodea, que nos nutre de historias de éxito magnificas. ¿Cuantas veces habéis oído hablar de empresas de universitarios que revolucionan un mercado? ¿Cuantas veces escuchasteis que una persona consiguió diseñar un método infalible para hacerse rico? ¿Cuantas veces escuchaste que un tipo normal y corriente se hizo rico con una idea revolucionaria? Estás historias que llenas de éxito inspiran y motivan a muchísimas personas, pero la realidad que todas ellas tienen dos elementos clave que las anulan: son anecdotistas y no representan una norma de desarrollo.
Veras, te comentare una cosa poco habitual: Steve Jobs era un gilipollas. Su manera de relacionarse con la gente y su forma de tratar a sus empleados lo denotaban. A mayores creo un culto a si mismo que poco a poco lo endioso y lo ayudo a vender al mundo la imagen de lo enorme que era él como ser humano y lo especial que era su mera existencia. Es verdad que era un genio en lo suyo y que su visión de empresa es digna de estudio, no obstante era un gilipollas como ser humano. ¡Gran ingeniero y peor persona! En este sentido creo que a todos nos gustaría tener la visión de empresa que tenia él o su ingenio creativo, pero creo que la parte de gilipollas no es algo que podamos ambicionar. Aun así se puede ver claramente como la pregunta "¿Cómo ser Steve Jobs?" es de las más buscadas en Google por emprendedores tecnológicos, jóvenes ambiciosos y personas que están comenzando carreras de emprendimiento. Y esto se debe a la imagen de éxito que se nos vende, basada pura y exclusivamente en greats hits del mundo empresarial. Siempre se estudian las grandes empresas del éxito buscando poder seguir sus pasos. ¿Pero que pasa con las empresas que fracasan? ¿Por que no hablar de todos esos proyectos que mueren?
Nos hablan del fracaso pero no nos lo enseñan
Es verdad que el fracaso es una idea que vende poco a la hora de usarla como ejemplo. Siempre gusta más poder ver a alguien pegándose una buena vida y pensar que nosotros también la podemos tener, que a alguien que se equivoco y pensar que nosotros también podemos errar. No obstante el fracaso hay que estudiarlo y mirarlo con calma. Tener en cuenta que el 80% de las starups fracasan en el primer año. La tasa es enorme y nadie estudia estos números cuando empieza. Solo piensa "a mi no me va a pasar" y tira para delante. Es importante estudiar los casos de fracaso para obtener numerosas ventajas en el nuestros proyectos. Para que os hagáis una idea estos son algunas de las ayudas que podemos tener si estudiamos esta materia:
- No cometer los mismos errores. Esta es la principal ventaja. A grandes rasgos podemos ver claramente donde otro cometieron errores para poder nosotros ser precavidos. Si sabemos en donde se equivocan los proyectos que fracasan, sabremos donde prestar más atención para evitar errar.
- Análisis de tendencias. Si al estudiar el mercado podemos ver que las empresas que se dedican a ciertos sectores o que distribuyen productos de cierta manera, están fracasando, podremos identificar más fácilmente como no debemos desarrollar nuestras ideas. A su vez, si vemos cuales tienen éxito conseguiremos ver cuales son las tendencias del mercado y en que dirección se mueve. Tener en cuenta que este tipo de estudios son los que hacen que a día de hoy no se nos ocurra abrir un vídeo club.
- Tener los pies en la tierra. Puede que en el estudio veamos a personas como nosotros que se han embarcado en proyectos similares con resultados negativos. Al ver esto tendremos la dosis necesaria de realidad para poder ver si nuestro proyecto es viable o no.
- Detectar problemas. Si vemos donde fracasan las iniciativas muy probablemente también podremos ver que es lo que les hace fracasar, dándonos por tanto un problema que puede que podamos solucionar. Si consigues solucionar un problema común en un sector, podrás crear un nuevo estándar de trabajo.
- Identificar amenazas. Cuando los proyectos tienen éxito muchas veces acaban desapareciendo no por errores propios o por fallos de recursos humanos. Muchas veces mueren por culpa del entorno y de agentes externos. Es muy probable que estemos subestimando posibles riesgos que pueden acabar con nuestro proyecto. Es por ello que estudiar que agentes externos han terminado con proyectos similares sea de gran utilidad. Y si esto lo sumamos a un estudio de nuestro entorno podremos tener una clara guía de nuestras posibles amenazas, y por tanto podremos diseñar planes de contingencia.
Sobra decir que nada de esto importa si no tienes una mente critica y un poco de humildad. Si eres un gilipollas que piensa que nada de esto te va a pasar, nada de esto te valdrá.
Fracasar es parte del sistema
Todos sabemos eso que siempre nos han dicho desde pequeños, que equivocarse es humano y que el fracaso no es motivo de vergüenza, pero lo que no nos dicen es que fracasar es parte del sistema. El papel del empresario fracasado se ha vuelto en los últimos años de vital importancia. Fijaros que los responsables de Startups como Eric Ries han hecho bandera de esto. Existen muchísimos emprendedores cuyas empresas se han ido al garete una tras otra, y ahora están dando charlas al rededor del mundo sobre como montar proyectos. Esta gente no tiene nada claro como funciona el mundo empresarial pero si saben mucho d como no debe funcionar y como no deben hacerse las cosas. Sus errores les han dado una cantidad de información super amplia y potente. La figura del fracasado y la fortaleza que les otorga su aprendizaje continuo les ha llevado a convertirse en personas muy valoradas en aceleradoras, escuelas de emprendimiento y espacios de desarrollo. Esto a muchos les puede parecer un poco triste, pero la verdad es que el fracaso es entendido por la mayoría como un punto de inflexión, en el que se aprenden cosas nuevas y se ganan fortalezas. Es el viejo camino del ensayo y error.
Nada de esto significa que debamos presumir de fracasar, ni de que nos flipemos pensando que el fracaso nos ha hecho mejores personas. El fracaso ha de tomarse como lo que es y nada mas. Sin lamentaciones desmesuradas y con una apreciación que nos permita aprender. Fracasar nos hace fuerte y nos enseña, pero también sigue siendo un punto de nuestras vidas donde cometemos errores y lo pasamos mal. Debemos estar dispuestos a pasar por estos tragos de la manera más eficaz posible, siendo honestos, estando dispuestos a aprender e intentando ser lo menos gilipollas posible. El fracaso se ha de tomar siempre con la misma voluntad y humildad que los éxitos ya que son la misma cara de la misma moneda. A mi forma de ver, es mejor hacer bandera de quien eres, que de tus éxitos o fracasos.
Steve Jobs no es el camino
Por tanto, dicho todo esto la conclusión me parece muy sencilla. De los caso de éxito debes buscar y examinar todos los eventos reproducibles que puedan llevarte a ti al éxito. No tomes a gente como Jobs como ejemplos a seguir o héroes a los que alabar. Tómalos como casos a estudiar y examinar al detalle. Disecciona su historia e intenta copiar lo que funciona. Y de los que fracasan busca lo contrario, los eventos que no debes reproducir, las amenazas que no debes subestimar, las metodologías de fracaso que te puedan llevar al fracaso.
Por ultimo si te interesa te recomiendo que leas un articulo que publicamos hace semanas sobre las economías de red, para que puedas saber que consumen tus clientes y así evites un fracaso en tus proyectos.
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